El Gol


El silencio, la expectativa, las miradas profundas, el mito, el abrazo.
La agonía compuesta de estremecimientos interminables.
Una red que se infla, y un pecho que se agiganta en un clamor popular que conmueve todos los sentidos, todos los nervios, hasta la transformación propia de nuestra piel.
Una corrida, un espejo, alguien con quien abrazarme, un compañere con el cual compartir esa adrenalina, una aventura que se embarca por una historia nueva que contar.
Esos goles, que han marcado tanto nuestra vida, seguramente cuando nos regocijemos de buenos recuerdos, encontraremos algunos goles, también amargos. De los que duelen. Sí, que nos ponen el día gris y mandan al corazón apolillar temprano.
Pero son tan lindos, se disfrutan tanto, es que los goles son una amistad. A veces se goza más el de un compañere, el del compinche o la compinche que me genera muecas de sonrisas en los entrenamientos, en el bondi, o en la previa del partido.
El gol no es un acto individual, es un encuentro de amor colectivo. Es una briza, que por momento superpone a todes les jugadores de campo. Todes son parte, hasta en el abrazo final.


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