A Luciano lo mató la Policía



Un día como hoy en 2009, Luciano Arruga era desaparecido por la Policía de la provincia de Buenos Aires, en la localidad de Lomas del Mirador.
El 17 de octubre de 2014, en un cementerio de la Chacarita, fueron localizados los restos de Luciano Arruga quién fue enterrado como NN, siendo víctima de una corrupción y represión institucional que se ceba con los pibes pobres. Atormentado por el paso del tiempo y oculto por circunstancias que al día de hoy se desconocen, o que tienen un sentido entrelazado clandestino, como lo fue el desordenado registro del Hospital Santojanni o los cinco años y ochos meses a los que sometieron a la familia en un calvario sin salida. Aun así, cuando se ha identificado el cuerpo de la víctima, los rastros de Luciano presagiaron un tormento policial de razzias, tortura y represión.
La escena del crimen parece sostenerlo en una autovía, con un altísimo vuelo de tránsito. ¿Por qué no tomar un paso peatonal? ¿Por qué sus zapatillas se encuentran en la vía contraría a lo ocurrido? ¿Cómo llegaron ahí? El pibe apareció vestido con ropa que no era suya. El testimonió de quien lo embistió, da cuentas de que el joven Luciano, corría desesperadamente y el motoquero que se quedó cuidando la víctima, señaló en su descargo que un vehículo policial permaneció a metros de donde se habían sucedidos los hechos, con la luces bajas, como ocultas y sin dar intervención ante el accidente y observando una posible víctima fatal.
Previamente a los incidentes trágicos, la familia escucho a Luciano denunciar que la policía lo venía acosando con una oferta cotidiana: salir a robar para la institución. El pibe se negaba. Dos meses antes al accidente que sufrió Arruga, había sido aprendido por integrantes del destacamento. Eran un rostro familiar para el joven, porque eran los mismos que lo asediaban. “Vane sácame de acá que me están cagando a palo”, le dijo Luciano a su hermana, quien junto a su madre recién lograron llevárselo consigo por la tarde, luego de que lo tuvieran detenido en una posta policial instalada en el barrio a pedido de seguridad por los vecinos pero que no estaba preparada legalmente para tener detenidos.
La familia y los amigos de Luciano Arruga, lograron, luego de presentar un Hábeas Corpus, recuperar los restos del joven. Paralelamente iniciaron un juicio político al juez de garantías de La Matanza, Gustavo Banco y las dos fiscales que tuvieron a cargo la instrucción: Roxana Castelli y Celia Cejas. El destacamento que sometió a la tortura de Luciano, se ha convertido en un espacio para la memoria, donde se ha montado una radio para que se puedan expresar los pibes del barrio y que den registro, de la tortura, el acoso de la policía para que salgan a robar y la detención ilegal a las que han sido sometidos.
Desde la organización Jóvenes Solidarios, recordamos la memoria de Luciano Arruga; basta de violencia policial e institucional, que se acabe la estigmatización de los pibes y pibas por parte de los medios de comunicación tradicionales y que ¡se terminen las razzias, las torturas y la represión!

No hay comentarios:

Publicar un comentario