De mañana, de noche o en la tarde. Frente a un río, bajo un árbol o en la playa. En el cole, o en la esquina y de tiempo. Para abrazarnos, para compartir, para sentir, para volver.
Esos que nos enseñaron u aquellos que simplemente olvidamos.
Para entender los aromas.
Páginas que lastiman y recuerdos que fortalecen el alma.
El libro que hace amigos, que soporta lo prohibido y que somete inevitablemente a la esperanza.
Para compartir valores, en esos cuentos inventados por mamá o papá en los días de lluvia y para que el sueño combata a la pesadilla en la niñez.
Las bibliotecas populares en los barrios, los libros de escuela y los que convierten nuestra historia en un relámpago indescifrable por aprender.
23 de abril. DÍA DEL LIBRO
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