Pescado Rabioso
Simbólicamente por cuestiones que nos exceden
territorialmente hoy se conmemora el día de lxs músicxs. Visualizando la fecha,
nosotros entendemos que hoy es un buen día para recordar a nuestro eterno y
querido Flaco. Luis Alberto Spinetta nos dejó un “obrón”, de esos que hasta hoy
no terminamos de descubrir. Una dialéctica que apasionó hasta los más
revulsivos del género. Sensaciones dulces, compuestas de
situaciones amargas, silencios que dicen más de la cuenta, y una inmortalidad
para admirar esa silbatina baja de los disco de Almendra. Pájaros que vuelan de
un tiempo a otro. Reproches que condicionen sonidos populares, y conviven en el
pleno, con situaciones de la elite. Así fue el Flaco y un poco más.
En esa nueva composición que buscaba la cultura
imponía un rumbo soporte, con chaquetas de cuero, y unas botas ruidosas eran
espejos de exportación para el Uruguay, con una reversión latinoamericana The
Beatles, Los Shakers precipitaron la inclusión a la convulsionada vida de los
años `60. Son influencia que diagnosticaron los ejes del árbol genealógico para
la conformación de la familia que Luis Alberto encontró en Almendra, con
aquellos compañeros de escuela con los cuales se comprometieron en
composiciones propias, interpretando los nervios de una juventud que tenía
mucho que decir.
Se animó a todo. A mezclar sonidos, al blues Rock y
al Rock pesado. Pero quedarnos solamente con la contextura de los sonidos nos
convertiría en seres sumamente mezquinos. Las letras de Spinetta van y vienen
entre ese surrealismo mágico de época, una filosofía de calle y un sentido
existencial que repercute en la textura estética de su escritura.
Desde la organización #JóvenesSolidarios, hoy un
poco Spinetteanos, queremos saludar a todos los músicos y músicas en su día, e
invitar a nuestrxs lectores cotidianos a seguir descubriendo la obra de unos de
los artistas más importantes de la historia del país; Luis Alberto Spinetta.
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