El fuego quema el grano. La casa, la cobija, el tiempo. El fuego enciende la convicción y es la utopía concreta en el deseo de libertad. Las mulas cansadas, son espejos para trepar valentía, y casi ninguno se anima a mirar para tras donde el ocaso, esconde la llama de una ciudad perdida. Los milicianos emprenden camino a Tucumán, la intrépida dedición estratégica de Manuel Belgrano, sucumbe las necesidades realistas sobre nuestras tierras. La resistencia es el coraje cotidiano, el despojo de lo propio, en la ambición de lo colectivo. El éxodo jujeño, es inevitablemente una muestra de conquista popular sobre los valores de una población que atrás dejo su vida, por la conquista del sueño de Independencia. Los manuales de escuela, custodiaron por año la idea del Gral., como un mal estratega en los campos de batalla, lo que no condice con aquella decisión suprema, que más tarde nos valió la victoria en la reconocida “Batalla de Tucumán”. Desde la organización Jóvenes Solidarios, conmemoramos con admiración y orgullo, aquella proeza para enfrentar a los realistas, para ser patria y vencer en el inagotable deseo de libertad.
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