Tres años atrás su fueguito querido se apagaba para siempre ¿O se pospondría a la eternidad? Pensar en Galeano cómo solamente en un escritor, es perderse solo en lo único que tuvimos del en nuestras manos. Eduardo es el motivo de la conciencia a la utopía, es el café que abraza la amistad, es el vino que compartimos y son las hojas de otoño que estrujamos en los días grises.
Y es, en dos días después, Las Venas Abiertas de Latinoamérica para recorrer el mundo y tantas generaciones de quimeras ardientes buscando un camino que migre a la esperanza. Dos días después, algún relato del Origen que sucumbe el fuego de los exiliados. Y dos días después Espejos, el fútbol a Sol y Sombra y Barcelona; y ese emblemático café brasilero en el que Eduardo solía aromatizar la vida.
Desde la organización #JóvenesSolidarios, nos quedamos con las mil maneras que tenemos de recordar a #EduardoGaleano, con una grandeza que se sostiene en la inmensidad del tiempo, un fuego que corona a unos de los mayores pensadores que ha dado nuestra querida y bonita Latinoamérica.
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