Maximiliano Kosteki y Darío Santillán fueron cobardemente asesinados el 26 de junio de 2002, tiroteados por la Policía Bonaerense de Felipe Sola, y por el entonces mafioso presidente de la Nación, Eduardo Duhalde.
Hoy los recordamos como a tantos otros compañeros que lucharon por una patria mas justa y mas igualitaria.
EL QUE MURIÓ PELEANDO, VIVE EN CADA COMPAÑERO...
No hay comentarios:
Publicar un comentario